©Alice Thomas 21 de mayo de 2016 En astrología y no así en astronomía, los planetas apodados “interiores” o personales son tres: Mercurio, Marte y Venus. Estos tres planetas por encontrarse más cercanos al Sol tienen un trayecto de traslación más corto, por lo que se los suele considerar de menor importancia en los procesos colectivos o sociales. Pero, por otra parte, están más cerca de la fuerza gravitatoria del Sol y próximos además a la tierra, nuestro hogar. Tomando en cuenta ello no es posible pasar de largo su peso y lo que representan y que son las motivaciones y actitudes con las que organizamos nuestra psicología diaria. Hace un poco más de dos décadas, dos grandes astrólogos: Howard Sasportas y Liz Greene, amplificaron el significado de estos tres planetas para la comunidad astrológica, utilizando para ello el lente de la psicología profunda de Jung. Trabajo que quedó impreso en un libro, que ya es un clásico llamado: “Los Planetas Interiores”. (Libro que recomiendo leer y estudiar a cualquiera que quiera ahondar en su significado). Mercurio representa para el astrólogo el proceso del pensamiento. Y la actividad mental se expresa -o deja ver-, principalmente a través de nuestras actitudes, opiniones, y nuestra comunicación. El acto mismo de escribir este texto, de batallar con las palabras, de intentar transmitir un mensaje viene a ser un acto mercurial, por ejemplo. El signo en el que se encuentre emplazado Mercurio, nos dará la pauta del tipo de lente con el que se percibirá o procesará el pensamiento. Por ejemplo en este momento tenemos a Mercurio transitando por Tauro. ¿Qué nos indica? ¿Cuál es la clave del momento? Pensar con calma. Preferir tener bases sólidas antes de argumentar o prometer. Buscar respuestas concretas, útiles que nos den seguridad. Y la actitud que acompaña a este proceso mental es la sobriedad y la tranquilidad. No siempre nos damos cuenta de cuál es la clave del momento, especialmente cuando se trata de los planetas interiores. Normalmente no tendemos, en nuestra experiencia cotidiana, a percibir de manera tan clara cuál es el signo por el que transita. A menos que hayamos nacido en el mismo signo por el que el planeta transita. Howard Sasportas retrata bien la impresión que deja el planeta en su posición natal y como influye en los procesos del pensamiento. En un capítulo del libro mencionado anteriormente, él ejemplifica con un ejercicio, que la verdad parece cómico de leer. Sasportas sugirió a un grupo distribuirse y reagruparse según dónde estaba ubicado su Mercurio de nacimiento (o natal). Cuando fue a ver al grupo con Mercurio -en Tauro- dice lo siguiente: “En cuánto al grupo de Mercurio en Tauro…pues bien todos los demás grupos habían terminado hacía ya una media hora, pero ellos necesitaban aún más tiempo” Quien nació con Mercurio en Tauro entonces, resuena con más fuerza con el cielo de hoy, en que Mercurio transita por ese signo. Muy distinto al que tenga Mercurio en otro elemento, tal vez más acostumbrado a precipitarse en su conclusión por ejemplo. Si bien, no es fácil captar -de manera colectiva-, las claves que nos transmiten los planetas interiores, sí existe un momento en particular del año en que es posible hacerlo, es decir: una excepción a la regla. Y esa excepción, son aquellos periodos en los que se encuentran (cualquiera de los planetas interiores) en su fase retrógrada. Pues cuando ocurre esto último, cualquiera de los tres Mercurio, Venus o Marte, nos dejan en una especie de pausa. Estos periodos suelen caracterizarse por toparse con obstaculos, demoras, entorpecimientos a nuestra forma de llevar la vida cotidiana que nos obligan a introvertirnos e indagar más en nuestras motivaciones.. En este mismo instante, mientras escribo esta nota, Mercurio está por terminar su fase retrógrada (22 de mayo a las 9.20 am, en Chile) y probablemente llegará a ti cuando ya se encuentre directo. Mientras hago el ejercicio de comunicarme inevitablemente recapitulo sobre lo que ha sucedido durante estas tres semanas en que Mercurio estuvo retrógrado y en Tauro: y la respuesta a todo ello es: lento, todo muy lento. A menos a mí me ocurrió que pude tomar consciencia de límites, de tener que dejar de lado lo que me significaba un esfuerzo, o que se veía poco claro, o inútil o falta de gozo. La mente pareció ponerse en “stop”, hasta el celular "capoteó" y tuve la oportunidad de dejar de distraerme y mirar más detenidamente. En estas tres semanas, ¿te ha sucedido algo similar? ¿has debido detenerte y volver a revisar y corregir? ¿Qué confianza has ganado? ¿En qué área has descubierto es mejor acudir a la calma? ¿ha cambiado tu percepción de cómo gastar tu dinero? ¿Dónde ha sido necesaria la sobriedad? ¿Cuánta falta te hace el poder tener un espacio para hacer un alto, meditar y pensar tranquilo o tranquila? Estos son el tipo de claves taurinas que vale la pena explorar. Si bien Mercurio en su fase retrógrada, puede habernos entorpecido y retrasado nuestro trabajo intelectual, también es cierto que nos ha invitado –y a veces obligado- a repasar y replantearnos otras vías de solución. Marte, por otro lado es otro planeta interior que aún no termina su periplo “en reversa” (recién terminará de hacerlo el 29 de junio al atardecer). Por lo que mientras continúe en su fase retrógrada facilitará adentrarnos en nuestra cotidianidad con todos los asuntos que son relativos a la iniciativa, el impulso y la acción. A procesar las rabias, las irritaciones del apuro y el deseo ¡de ahora ya!. Su paso retrógrado ha estado predominantemente en Sagitario, poniendo nuestra atención hacia dónde estamos apuntando cuando queremos movernos. ¿Son las metas correctas? ¿Nos hacen sentido? Es más fácil responder a este tipo de preguntas cuando Marte transita retrógrado. Al obstaculizar parte de nuestras iniciativas nos alinea con la paciencia y en buscar que la ejecución ocurra en el momento preciso. Saturno que pasa por allí también (Sagitario), seguro que le transmite su sabiduría a Marte, haciéndole ver que “hay un tiempo para todo”. En una semana más, Marte -aún retrogrado-, re ingresará a Escorpio y nos aclarará nuestras intenciones ¿desde dónde nos movemos o por qué hemos estado persiguiendo las metas que hemos estado persiguiendo?. Por lo que seguimos el resto de junio revisando el cómo redirigir nuestra energía en la cotidianidad. Tal vez sea tiempo -por lo mismo-, de cambiar de estrategia o al menos replantearnos esa posibilidad.
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Alice Thomas
Psicóloga Clínica, Astróloga Categorías
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