![]() © Alice Thomas, 29 julio 2014 El día del niño internacionalmente fue fijado para una fecha que cae en el signo de Leo, signo regido por el Sol. Este astro simbólica y sincrónicamente representa –entre varias cosas- a los niños, pero por sobre todo al niño divino, esa chispa individual y particular que nos caracteriza y que nos promete alcanzar la prometida felicidad. Leo y su regente simbolizan también a los niños que aún somos de adultos, cada vez que nos acordamos de jugar y de entretenernos en un “pasa-tiempo” cada vez que decimos ¡el tiempo se nos pasó “volando”! al ritmo y en el disfrute propios de nuestro hobby o juego. El mercado en este día atrae a sus consumidores a través de los más pequeños, haciéndolos sentir especiales y poderosos, merecedores de un juguete o de simple entretención: están en su derecho para reinar al menos durante ese día. La publicidad, que en astrología también está regida por Leo, conoce el poder que tienen los niños sobre sus padres. En lo que se llama "kidfluence" (niño-influencia); se ha llegado a medir cuánto resisten los padres ante la insistencia de sus hijos al pedir se le compre tal o cual producto. La verdad es que es muy poco -cada vez menos diría yo-. La estrategia "marketera" toma en cuenta dos variables: una, la capacidad de persistencia de un niño para solicitar la compra de un producto y, en segundo lugar, el poder de la publicidad para apelar a los sentimientos de culpa de sus padres, para hacerles sentir que están haciendo felices a sus hijos si compran o consumen tal o cual producto. Se bombardea a los pequeñitos con estrategias de mercado muy atractivas y con ofertas llenas de luces que mantendrán su interés cuando mucho una semana, y puede que en ese 'seguir la corriente' sin darnos cuenta se va desvirtuando el sentido del juego, que en esencia es pura creatividad. Casi todo niño está equipado para crear un mundo a partir de escasos elementos, “un como si”. “Hagamos como si fuésemos astronautas, o bailarinas, bomberos, pacos o ladrones, reinas, gladiadores, indios, ninjas, piratas, buscadores de tesoros, presidentes” etc… Poco recuerdo de mis juguetes -que no eran demasiados-, pero sí recuerdo las horas colgada en una valla, arriba de una bicicleta, o cómo me encantaba el “mandandirun dirun dan” con esa canción del “Buenos días su señoría…” o correr a esconderse a ‘las escondidas’. Para entretener a un niño, la verdad es que no hace falta mucho, y en eso es muy positivo acordarse lo que era serlo, confiando en los recursos que ellos tienen para pasarlo bien, y también en los nuestros para dejar que lo pasen bien ese día (y los otros que quedan del año, por supuesto). A veces sólo basta una plaza con otros niños o visitar la casa de los primos, o incluso unas piedras o botones o una madeja de lana; en fin, si acudimos a nuestra creatividad Solar y Leonina seguro saldremos con algo entretenido.
0 Comentarios
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Details
Alice Thomas
Psicóloga Clínica, Astróloga Categorías
Todo
|