Las lecciones de Saturno psicológico

©Alice Thomas 4 septiembre 2018
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El fenómeno en el que Saturno “se estaciona” en el mismo grado -por varios días-, es lo que llamamos: Saturno Estacionario.
Cuando lo hace antes y al comienzo de retrogradar lo llamamos Saturno Estacionario Retrógrado y cuando Estaciona al final para partir a su fase directa. Saturno Estacionario Directo.

¿Cuál puede ser la oportunidad que da Saturno en sus cuatro y algo meses de retrogradación?

Para cada cual puede ser distinto, pero los temas saturninos -en lo psicológico- siempre versan, sobre qué tan capaces somos de relacionarnos con la realidad, de escuchar y aprender de la propia experiencia y de encontrarnos con nuestros propios límites.

El Arquetipo Saturno nos habla del proceso de maduración personal. No en el sentido moralista, que es lo que solemos escuchar, sino en el sentido psicológico de madurar, de ser capaces de lidiar entre la tensión de los deseos y la realidad; de caminar más firmes habiendo aprendido de nuestra experiencia y de hacernos responsables de nosotros mismos.

El término responsabilidad en la psicología humanista y transpersonal, es un concepto muy importante. Con éste los psicólogos nos referimos a una actitud y a un estado de conciencia que nos permite asumirnos como individuos.

Suena fácil, pero toma tiempo. Y a veces pasa el tiempo y hay quienes no aprenden a asumirse del todo como individuos y se lo pasan pidiendo a la pareja, el trabajo o a los amigos llenen sus necesidades y demandas.

Cuando somos infantes, necesitamos demandar a los adultos, estamos indefensos, tenemos en verdad muchos menos recursos que nuestros adultos y cuidadores y nos encontramos en desventaja en relación a estos. Pero esa situación no existe en la vida de los adultos (aún cuando unos hayan crecido en mayor desventaja).
En el desarrollo de nuestra existencia llegamos a un punto en que podemos ser capaces de sabernos dueños de una buena parte de nuestro estado psicológico, al menos de la actitud.

Hacernos conscientes y responsables de nuestra actitud, es un gran paso, bastante trascendente.

El individuo sano que ha superado la adolescencia va aprendiendo a tomar decisiones. Y puede experimentar en carne propia que no solo elegimos el color de la ropa o el trabajo, también estamos eligiendo la actitud con la que nos relacionamos con la realidad y con nosotros mismos.

La queja permanente y la demanda continua son exactamente lo contrario a la responsabilidad. Cuando nos quejamos continuamente, estamos recreando nuestra situación de infancia en que dependíamos de otros. Muchas veces parecemos haber crecido, pero no de manera emocional.

Aprender a dejar de demandar apoyo emocional (exclusivamente en otros) y aprender a hacerlo también por si mismo es fundamental para crecer y sentirnos felices.

Ello nos permite vincularnos de manera realista con otro, sabernos en capacidad de elegir y satisfacer aquello que otro no podrá hacer.
Pedro Engel, casi como un emisario de nuestro inconsciente y de todos modos colectivo, propuso -hace un par de semanas- al público televisivo o tal vez a Chile, un desafío de 50 días sin quejarse.
Si lo miramos esto desde el ángulo astrológico, la invitación de Engel es bien Saturnina y un excelente ejercicio para saber qué es lo que nos pasa en lo personal sin la actitud de queja.

La queja es demanda, pero también suele generalizar la situación dejándonos con una sensación de desvalimiento e impotencia.
Tal vez quienes sigan el reto, puedan auto-observarse y descubrir la libertad que se vivencia al tomar la responsabilidad por el propio estado psicológico, hasta recobrar su sensación de libertad al saberse partícipes de su propio destino.

Quien no ha experimentado el efecto positivo de andar contento y amable y cómo eso se contagia y refleja en el exterior.

En los días en que Saturno está estacionario y su energía se encuentra más intensa, podemos poner en práctica aquello que está más arriba.

Con un Saturno de fondo celebramos cada vez que descubrimos que siempre ha dependido de nosotros desarrollar nuestra satisfacción en la vida adulta.